GUÍA SOBRE MALTRATO PARA MENORES

El maltrato físico es cualquier actuación, hecha a posta o no, por parte de los adultos responsables de tu cuidado y protección que te haga daño o te ponga en riesgo de que te ocurra algo grave. Es importante tener en cuenta que la acción no es un hecho aislado, sino que esta situación se da con frecuencia.

El maltrato psicológico es cualquier acción en la que se te hable de manera despectiva, te insulten o no te hagan caso. Estas situaciones están provocadas por los adultos responsables de tu cuidado y protección y no es algo que se haya dado sólo en una ocasión, sino que ocurre con relativa frecuencia.

Tienes que saber que estás ante una situación de maltrato (físico o psicológico) cuando te ocurren cosas como:

  • Tu padre, tu madre o algún miembro de tu familia te pegan, no se ocupan de cubrir tus necesidades básicas de alimento, comida y cuidado o no permiten que te relaciones con tus iguales.
  • No te escuchan cuando quieres contarles algo importante para ti o no dejan que expreses tus sentimientos o emociones.
  • A veces puede ocurrir que en el colegio algún/a profesor/a te agreda, te ignore o te humille delante de tus compañeros y lo hace de manera frecuente.

Es importante que tengas muy en cuenta que:

  • Nadie tiene ningún derecho a insultarte, pegarte, aprovecharse de ti o rechazarte y, en definitiva, a tratarte mal. Tú mereces ser tratado/a con respeto. Pide ayuda si alguien en quien confíes te trata mal y no puedes solucionarlo por ti mismo (padres, profesores, algún familiar cercano…).
  • Tienes todo el derecho a recibir cuidados, cariño, protección y ayuda cuando lo necesites. Cuando no sea así, cuéntalo.
  • Tus opiniones y sentimientos son importantes, pide que te escuchen si no lo hacen. Necesitas sentirte querido y aceptado para poder crecer y evolucionar como persona.

Si en algún momento te encuentras ante una situación como las que te hemos descrito:

  • Cuéntaselo a personas adultas de tu entorno en quienes confíes (padres, profesores, familiares cercanos, vecinos…) Ellos te ayudarán a buscar soluciones.
  • Existen profesionales a los que puedes recurrir para cambiar la situación de maltrato que estés viviendo. Necesitarás el apoyo de un adulto de tu confianza para acceder a ellos. Por eso tienes que contarlo.
  • El maltrato, ya sea físico o psicológico, es delito y se puede denunciar. Si el maltrato físico te ha dejado marcas, es importante que puedan verte en un centro médico y te hagan un parte de lesiones con el que acudir a denunciar en la comisaría más cercana. Es importante que para hacer esto, pidas que te acompañe un adulto de tu confianza o tus padres. Aunque el maltrato psicológico es más difícil de demostrar, se puede hacer. Pide apoyo a los adultos de tu entorno para que te digan cómo buscar soluciones.

GUÍA SOBRE LAS RELACIONES PERSONALES PARA PROFESIONALES

En la familia se establecen los vínculos afectivos más sólidos, donde se cubren las necesidades y cuidados básicos y se ofrece protección. También es en la familia donde se transmiten conocimientos, valores, actitudes, normas y estilos de comunicación.

Educar es un proceso de interiorización individual de un conjunto de conceptos, valores, normas, actitudes y procedimientos que el individuo recibe de distintos agentes socializadores (familia, escuela, amigos, medios de comunicación…) Este proceso es dinámico y continuo a lo largo de toda la vida. En este sentido EDUCAR ES PREPARAR PARA LA VIDA.

Para los profesionales que trabajáis con padres y con hijos/as (profesores, educadores, psicólogos, pedagogos…), es importante, principalmente, transmitir a los padres lo importantes que son en la vida de sus hijos/as. Y a los/as hijos/as que, a pesar del distanciamiento en determinadas etapas, los padres siguen queriéndoles de manera incondicional. Hay etapas en que la relación entre padres e hijos se enturbia y se llena de conflictos. Estas situaciones hacen perder de vista, en la mayoría de los casos, que lo más importante es afianzar los lazos afectivos entre los miembros de la familia, tengan la edad que tengan y confirmar lo importantes que son los unos para los otros.

En este sentido, es importante que los profesionales a los que acuden los/as padres/madres, y también los/as hijos/as ante un conflicto que no saben cómo solucionar, tengáis en cuenta una serie de cuestiones básicas:

  • En primer lugar, hay que tratar de desculpabilizar a los padres. Cuando acuden a pedir ayuda, lo hacen, generalmente, después de haber agotado otras vías y de llegar a la conclusión de que “no lo están haciendo bien como padres” y que en algo han debido equivocarse. Recibir apoyo en este sentido y hacerles ver que no hay padres perfectos y que ellos lo han hecho lo mejor que han podido dentro de sus circunstancias, les quita un enorme peso de encima y les prepara para estar abiertos a recibir información para entenderse con sus hijos/as.
  • Es bueno invitarles a participar en “escuelas de padres”, ya que estos espacios son muy útiles para conocer una amplia variedad de experiencias de paternidad y maternidad que puedan contrastar con las suyas propias. Además, tendrán la agradable y tranquilizadora sensación de que no son los únicos padres que a veces se sienten perdidos.
  • El profesional debe centrarse en dar confianza y reforzar sus capacidades para que puedan afrontar más positivamente las situaciones de la vida cotidiana optimizar y potenciar su labor educadora.
  • Hay que enfatizar su autonomía en los comportamientos y decisiones que inciden en el desarrollo y educación de sus hijos.
  • Es importante resaltarles que la tarea de ser padres no se improvisa pero tampoco puede seguir un guión preestablecido. Más bien es una práctica dinámica que se va construyendo continuamente en la medida en que se modifican algunos aspectos y otros permanecen un tiempo relativamente estables hasta que se revisan nuevamente.
  • A los/as hijos/as es necesario transmitirles que la etapa en que están es de crecimiento a todos los niveles. Es importante no aislarse ante cualquier preocupación. Compartirlo con los/as amigos/as más íntimos o con adultos de confianza (padres/madres), hará la carga menos pesada.
  • Tienen que saber que para sus padres/madres también es difícil esta etapa. Para ellos es también complicado “dejarles ir” y darse cuenta de que sus niños/as ya no les necesitan como antes. Al menos, no de la misma manera. Este planteamiento ayuda a acercar posturas.
  • Los padres siguen siendo muy relevantes en su vida porque son ellos quienes mejor pueden ayudar a buscar alternativas de solución ante cualquier problema. Aunque sepan que se llevarán una bronca, siempre es mejor contar la verdad porque pasado el primer momento, sus padres estarán ahí siempre.
  • Si quieren que se les trate como alguien que está creciendo y empieza a ser autónomo/a, tiene que demostrar que es así y que es capaz de cuidar de sí mismo. Tiene derechos pero también deberes.

GUÍA SOBRE LAS RELACIONES PERSONALES PARA PADRES

Las relaciones personales se aprenden, sobre todo, en el entorno familiar. Los/as niños/as tienen como modelos de relación y comunicación a sus padres y es a través de vosotros como aprenden a desenvolverse con el mundo.

La familia supone un entorno afectivo en el que los/las hijos/as pueden aprender distintas formas de comunicarse y relacionarse con los demás, trasmitir y recibir afectos, experimentar emociones y aprender a canalizarlas. También es un espacio en el que se puede aprender el valor de la convivencia, negociar para conseguir cosas, cooperar, compartir, solucionar dificultades… Así como un lugar de preparación para lograr la adaptación del individuo a la sociedad a través del aprendizaje de valores, normas y comportamientos.

Ser padres es una tarea evolutiva que enriquece nuestra vida de adultos, nos ayuda a madurar, nos conecta con nuestro pasado familiar y crea una continuidad y un sentido de proyección de futuro a nuestra existencia.

Hay etapas en la vida en que la convivencia familiar se hace más complicada. Una de estas etapas es la Adolescencia. Cuando vuestros/as hijos/as llegan a esta etapa es importante que sepáis que LA ADOLESCENCIA es una etapa complicada en la vida de cualquier persona. Es un momento en que el individuo necesita rebelarse contra aquello que hasta ese momento se ha dado por sentado en su mundo, tal como normas, valores… y, por supuesto, los padres, ya que representáis las figuras de autoridad de más referencia para él/ella. Esto es así porque está formando su propia personalidad y, para ello, necesita distanciarse afectivamente de sus figuras de referencia. Sin embargo, en esta etapa los/as  hijos/as os necesitan, igual que en anteriores etapas, y necesitan seguir sabiendo que son relevantes para vosotros y que seguís queriéndoles y protegiéndoles. Incondicionalmente. En estos momentos la familia sigue ocupando un lugar importante, sin embargo, las relaciones con los amigos cobran un especial protagonismo. Vuestro/a hijo/a necesita tanto a los/as amigos/as como a vosotros aunque por distintas razones y con distinta intensidad.

Es esta etapa de la Adolescencia en la que experimentaréis más desasosiego ante el comportamiento de vuestros/as hijos/as. Habrá momentos, en que vuestros hijos/as adolescentes tengan comportamientos que os alteren o despierten vuestras alarmas.

Comportamientos tales como:

  • Prefiere pasar mucho tiempo solo en su habitación a compartir momentos en familia. Cierra su puerta e incluso, puede llegar a poner en ella un cartel que diga: “NO PASAR”.
  • Muestra conductas de descuido como dejar sus cosas por medio, no recoger su habitación aunque diga que va a hacerlo o no colaborar en tareas domésticas como lo hacía de pequeño/a. Incluso, puede descuidar su higiene personal.
  • Tiende a no contar nada relacionado con su vida. Si le preguntamos, responde con evasivas o con monosílabos.
  • Parece que esté constantemente pensando en “sus cosas” y no nos escuche.
  • Hay días en que se muestra contento/a y animado/a y, de pronto, hay otros en que parece que le hubiera sucedido algo muy negativo/a. Pero si le preguntas, te dirá que son cosas suyas.
  • Cualquier acontecimiento relacionado con su mundo (amigos, relaciones sentimentales…) lo vive con mucha intensidad. Tanto si es positivo como si lo es negativo.

Como normas generales, para ayudar a que vuestro/a hijo/a se desarrolle adecuadamente y que acuda a vosotros ante dificultades, tened en cuenta que:

  • Pensad que esta etapa es pasajera y que vuestro/a hijo/a está creciendo. Para ello, necesita este distanciamiento que ahora vivís con tristeza y miedo. En estos/as momentos/as necesita distanciarse emocionalmente de vosotros, pero os sigue necesitando.
  • Es importante que cuando le pongáis normas que cumplir o límites que no podrá saltarse, sean claros y consensuados por ambos padres. Así mismo, también es necesario que sepa qué consecuencias tendrá si no cumple con esas normas o límites. Actuando así le ayudáis a que llegue a convertirse en un adulto independiente y responsable. Además, le demostráis que os importa.
  • Tratad de dejarle muy claro, sobre todo con vuestra conducta más que a través de “charlas” que hay cuestiones negociables y otras que no lo son. Sobre todo aquellas que tengan que ver con su seguridad y bienestar.
  • Aunque se muestre más reacio/a a vuestras manifestaciones de afecto, hacedle saber a través de vuestros gestos que le queréis y que vais a estar ahí siempre que os necesite.
  • Aceptad sus sentimientos y respetad su deseo de intimidad. Es una necesidad que tienen en este momento para poder “colocar” todo el barullo de sentimientos y sensaciones que están viviendo. No lo viváis como una muestra de alejamiento hacia vosotros, sino como una época de transición. Más adelante volveréis a “recuperar” a vuestro/a hijo/a.
  • Enseñadle a ser respetuoso con todos los miembros de la familia y mostraos también respetuosos con él/ella. No utilicéis las descalificaciones o insultos como herramienta para comunicaros con él/ella. Y si en algún momento lo hacéis, disculpaos por ello. Así le daréis ejemplo y se sentirá más cercano a vosotros emocionalmente.
  • Es importante que razonéis con él/ella las consecuencias de sus decisiones, pero si no son peligrosas, la mejor manera de que aprenda es dejándole equivocarse. No uséis nunca el “ya te lo dije”, sino mostraos accesibles si os necesita.
  • Es fundamental que fomentéis en vuestro/a hijo/a un estilo de vida sencillo que se base en el ser y no en el tener, para no llegar al consumismo imperante en nuestra sociedad.
  • Controlar y supervisar las conductas de vuestros/as hijos/as adolescentes es necesario, pero no lo es hacerlo con actitud inquisidora o sobreprotectora. Eso enturbia el clima de comunicación familiar.
  • Depositad confianza en ellos/as. Transmitid que les consideráis responsables. Con esto facilitaréis que confíen en sí mismos y que os devuelvan esa confianza.
  • Buscad momentos positivos, tranquilos o de sentido del humor que compensen otros que puedan ser más difíciles. Procurad que no se alargue un clima familiar negativo provocado por discusiones sobre normas y límites. Dad el paso hacia un acercamiento si ellos/as no lo dan.
  • Es importante que les habléis de los riesgos y cómo prevenirlos sin alarmar o prohibir, ya que de hacerlo así, empeoraría vuestra relación con ellos y no evitaría que hicieran algo que ya tienen decidido hacer.

Si a pesar de todo lo anteriormente mencionado, consideráis que la situación con vuestro/a hijo/a adolescente se os escapa de las manos, sabed que hay recursos gratuitos de Orientación Familiar que ayudan a las familias que tienen dificultades de relación entre sus miembros. Podéis informaros al respecto a través de los centros de Servicios Sociales de vuestro municipio.

GUÍA SOBRE LAS RELACIONES PERSONALES PARA MENORES

Una relación es una situación de trato, convivencia, información y comunicación que se establece entre dos personas; independientemente de quiénes sean (padres, amigos, hermanos…).

Aprendemos a relacionarnos con los/as demás en la familia. Es nuestro primer escenario en el que nos comunicamos con nuestros padres y hermanos/as.

Es importante sentirse bien dentro de la familia, ya que todos necesitamos una referencia estable con la que contar en cada momento y, sobre todo, cuando tenemos algún problema. Así mismo, también es importante para ti, sobre todo en esta etapa de tu vida, sentir que perteneces a un grupo de amigos/as.

Queremos que tengas muy presente que la ADOLESCENCIA es un momento de la vida en que tienen lugar cambios a muchos niveles (físicos, psicológicos, de sensaciones…). Sientes la necesidad a veces de aislarte del mundo que te rodea y dedicarte sólo a tus pensamientos, fantasías e intereses.

Esta actitud, los padres a veces la viven como un alejamiento tuyo hacia ellos y puede darse un distanciamiento en la comunicación entre padres e hijos. Es precisamente en este momento en el que hay que tener muy presente qué se puede hacer para favorecer un clima de confianza.

Aunque tengas la necesidad de distanciarte físicamente de tus padres, sigues necesitando saber que van a estar ahí cuando les necesites y que vas a poder contar con ellos.

A pesar que haya días en que ni tú mismo/a sabes qué te está pasando y creas que sólo van a entenderte tus amigos/as, para tus padres es importante saber que sigues necesitándoles y teniéndoles en cuenta.

Te das cuenta de que pueden existir problemas en la de comunicación:

  • Discutes con tus padres casi a diario y con mucha frecuencia por cuestiones que hace un tiempo no eran tan importantes.
  • Sientes que tus padres, de pronto, están en tu contra. No se dan cuenta que eres mayor y que tienes derecho a pedir nuevas libertades.
  • Con frecuencia tienes la sensación que tus padres ya no te quieren como cuando eras pequeño porque no haces lo que ellos quieren. Y eso te hace estar siempre a la defensiva con ellos.
  • Te sientes diferente a los/as demás. Crees que los problemas que tienes, sólo los tienes tú y a nadie más le ocurre eso.
  • Tienes la sensación que tus amigos/as no cuentan contigo para hacer planes. Tienes sentimientos de soledad.
  • Es frecuente que te cueste confiar en la gente que te rodea. Piensas que van a contar aquello que tú guardas sólo para ti. Por tanto, tiendes muchas veces a aislarte.

Para que exista un buen ambiente de comunicación en la familia, cada miembro debe aportar su “granito de arena”. Tú puedes hacerlo teniendo en cuenta que:

  • Todos los miembros de la familia se merecen respeto.
  • Es importante saber ponerse en el lugar del otro para entender lo que nos está diciendo y lo que está sintiendo en esa situación (es lógico que tus padres se preocupen si has llegado tarde y no les habías avisado). Para ellos también es duro ver que ya no cuentas con ellos como lo hacías antes y, sobre todo, tienen miedo a que te puede suceder algo malo.
  • ¡Comunícate con tus padres desde el respeto. Pide pero no exijas. Recuerda que si quieres que te traten como alguien que está creciendo y madurando, debes demostrar que es así. Pídeles que sean claros respecto a lo que esperan de ti para evaluar juntos si es posible cumplirlo.
  • Demuestra que eres capaz de cuidar de ti mismo/a, que eres responsable con tus obligaciones y que te sabes divertir sin hacerte daño. De esta manera, tus padres se relajarán al ver que no es tan fácil que te ocurra nada malo y que, de ser así, ellos se enterarían por ti.
  • Interésate por lo que pasa en la vida de los distintos miembros de la familia. Así todos sentirán que son importantes para ti y también lo harán contigo (¿seguro que sabes de verdad a qué se dedica tu padre o qué ocupación tiene tu madre?).
  • Todas las relaciones necesitan tiempo para desarrollarse y mantenerse de forma satisfactoria. No es necesario una gran cantidad de horas pero sí que ese tiempo sea de calidad.
  • Nunca hagas o digas nada a los/as demás que no te gustaría que te hicieran o te dijeran a ti.
  • Muestra siempre respeto hacia la otra persona cuando hable. No anticipes lo que va a hacer, sentir o pensar y deja que se exprese.
  • Aprende a expresarte desde los sentimientos sin culpar a los demás por lo que te está sucediendo. Si no contamos lo que nos pasa, los demás no tienen por qué saberlo. Las soluciones se encuentran mejor cuando todos/as nos sentimos tenidos en cuenta.
  • Normalmente, si hablamos de lo que nos preocupa con alguien con quien tenemos cosas en común, es más probable que esa persona también se sincera con nosotros y nuestros problemas no pesarán tanto.
  • Las cuestiones que te resultan tan preocupantes no sólo te suceden a ti. Si eres capaz de compartirlas, verás que no estás tan solo/a como creías.

Si tienes problemas para comunicarte con los demás, ya sea en casa, en tu centro escolar o con tus amigos/as, es importante que te apoyes en algún adulto de tu entorno que te pueda ayudar a ver aquello que no estás viendo o a actuar de la manera más adecuada.

Puedes acudir a tus padres, a tus hermanos/as mayores y también en el centro escolar al que acudes, a tu tutor/a y al/la psicólogo/a orientador/a. Estos/as profesionales están para ayudar a los/as alumnos/as que tienen dificultades académicas pero también para apoyar a los/as que se sienten mal emocionalmente.