El Hogar proporciona a los niños un espacio de convivencia en un ambiente acogedor, seguro y estable, alternativo a la familia. Siempre que sea posible se favorece el contacto del niño con su familia de origen para mantener su vinculación afectiva.
En el Hogar se mantiene un clima de convivencia donde las educadoras son un referente claro de afectividad, seguridad y estabilidad para su desarrollo. El objetivo es favorecer el desarrollo integral del niño y adolescente en función de su edad y características personales. En todos nuestros Hogares conviven niños y adolescentes con discapacidad que se integran con normalidad y enriquecen la vida del Hogar.
Proporcionamos un marco afectivo y social en el que el niño se siente querido, escuchado y apoyado en todo su proceso evolutivo. El apoyo emocional en el Hogar es uno de los pilares fundamentales con el que se trabaja ya que es la base para la correcta evolución del menor.