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Guía sobre agresión sexual para profesionales

Hablamos de Agresión Sexual cuando un adulto tiene una actitud o comportamiento con un menor a través del cual busca satisfacerse sexualmente. En estos comportamientos se dan actuación física y manipulación emocional y psicológica.

Una forma habitual de detección de agresión sexuales es a través de los profesionales que trabajan con el “menor víctima” (profesores y pediatras principalmente). Es muy importante que los profesionales que trabajáis con menores, os concienciéis de que estos comportamientos deben ser denunciados en todos los casos y que el/la menor víctima debe tener apoyo psicológico. Las personas adultas que han sufrido algún tipo de agresión sexual en su niñez o adolescencia, arrastran problemas a lo largo de su vida y suelen necesitar un apoyo o terapia psicológica especializada para superarlos.

Cuando un menor da señales de que está siendo abusado, hay que creerle. Los niños inventan historias pero muy rara vez lo hacen sobre relaciones sexuales imaginarias con adultos. No tienen aún la madurez suficiente para entender estas cuestiones. A veces, es difícil que un/a niño/a cuente lo que le está pasando porque él/ella mismo/a no tiene explicación para ello, pero hay señales que hablan de que puede estar teniendo este problema. Por tanto, hay que estar atentos a:

  •  Cambios en el sueño o el apetito.
  •  Puede querer aislarse cuando antes no lo hacía.
  •  No querer estar solo o mostrarse temeroso a dormir solo.
  •  Rechazar a algún adulto de forma insistente.
  •  Tener señales físicas (rojeces, escoceduras o irritaciones en sus partes íntimas.

Es necesario que los profesionales que trabajáis con menores hagáis prevención sobre este tipo de situaciones. Para ello, tenéis que hacer mucho hincapié en cuestiones como:

  •  Tu cuerpo te pertenece. Nadie puede obligarte a hacer nada que tú no quieras hacer o con lo que te sientas incómodo.
  •  Si en algún momento alguien intenta, ha intentado o ha conseguido realizar alguna acción contigo de este tipo, TIENES QUE CONTARLO a algún adulto de tu entorno en quien confíes.

El periodo de reajuste después de la agresión puede ser difícil para los padres y para el/la niño/a. Muchos/as continúan perturbados y atemorizados durante varias semanas. Por ello, cuando un/a menor ha sufrido agresión sexual, los adultos encargados de su bienestar tienen que:

  •  Tranquilizar y desculpabilizar al/la menor. No es culpa suya estar pasando por esa situación. El/a responsable es el adulto quien ha agredido a él/ella.
  •  Hay que denunciar estos sucesos para que se pueda actuar adecuadamente garantizando la correcta preservación de la cadena de custodia de las pruebas y minimizando el malestar psicológico y físico para el niños, niña o adolescente.
  •  Con el parte de lesiones del centro médico, hay que acudir a denunciar y se puede hacer en cualquier comisaría cercana.
  •  Es importante que acudan a pedir apoyo psicológico a un recurso especializado en este tipo de problemas para que ayuden a superarlo tanto al menor como a los/as padres.
  •  Hay que tratar, en la medida de lo posible, de evitar la revictimación del/a menor. Por eso, es importante transmitir a los padres que no traten de sonsacar al niño/a información a la fuerza. Su papel es contener y tranquilizar. Tienen que dejar que sean los profesionales especializados quienes se ocupen de ello.

¿Necesitas ayuda?

Si consideras que necesitas consultar sobre este tema con alguien que te pueda ayudar, puedes comunicarte con nosotros para buscar orientación y puedes hacerlo a través de nuestro servicio de Chat o Email ANAR

O llama al teléfono de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (900 20 20 10), que es gratuito, confidencial, funciona 24 horas todos los días de la semana y está atendido por un equipo de profesionales (psicólogos, trabajadores sociales y abogados).

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